Chilkoot. La entrada.
Al día siguiente, nos pasamos todo el tiempo intentando comprender cómo se
había instalado la escotilla. Tanto Stone como yo coincidíamos en que había
sido cerrada desde dentro. Sin embargo, por motivos que desconozco, Stone no le
daba demasiada importancia a este argumento. Regresamos a las cabañas
nuevamente con la esperanza de encontrar allí una llave o, al menos, una
herramienta que nos sirviese de ayuda.
Tarea
Necesito comer algo suculento antes de iniciar mi largo descenso hacia el valle.
“Supongo que alguien nos estará vigilando”, dijo Stone mientras entraba en una de las cabañas. “Mira”. Aparte de la taza de hojalata, la batea contenía una pequeña caja en su interior. Sin prestar atención a la taza, Stone agarró la caja e intentó abrirla. ¡La llave!
Comentarios
Publicar un comentario
Deja tu comentario