Chilkoot

Hacía apenas unos minutos, el tren había llegado a Chilkoot tarde por culpa de la nieve. Una ruidosa multitud se abalanzó sobre el maquinista. “La gente nunca cambia”, dijo Stone, mientras observaba cómo los buscadores de oro exigían la descarga inmediata de sus mercancías.

Tareas

Pon rumbo a Chilkoot.

Toma algún refrigerio energizante para reponer fuerzas y prepararte para nuevas aventuras.


No había tiempo que perder. El frío polar había llegado pronto a estas latitudes. A finales de agosto, el hielo ya había cubierto lagos y ríos, y las tormentas de nieve y relámpagos ya hacían acto de presencia. Sin embargo, con un guía como Stone, tenía la certeza de que, a pesar de las nevadas, tendríamos tiempo suficiente para llegar hasta el Campamento de Yukon.

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