Las Minas. La caída.

Tuvimos que decidir cuál iba a ser nuestro siguiente paso. Descender por las Minas los dos era muy peligroso, pero no quería quedarme solo fuera: me convertiría en un blanco muy fácil para los animales salvajes y cualquier extraño. A Stone no le gustaba la idea de ir juntos. No quería seguir cargando conmigo.

Tarea

Quita las piedras del camino que conduce a las Minas.


Finalmente, conseguí salirme con la mía. Agarró una lámpara de queroseno y empezamos a descender la empinada escalera de madera. Observaba todo a mi alrededor cuando, de repente, sentí un ligero empujón en la espalda. En cuestión de segundos, rodaba escaleras abajo por unos peldaños que parecían no tener fin.

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