Las Minas. Las Minas.
Aunque me dolía mucho la pierna, me sentía feliz: por fin había llegado
hasta el lugar tan deseado por mi padre. Parecía como si hubiese llegado a un
templo antiguo, donde la luz de las lámparas se reflejaba en los patrones
dorados de las rocas y una protuberante cúpula dorada decorada con estalactitas
se erigía sobre las Minas.
Tarea
Consigue algunas pepitas de oro.
Ahora entendía todas esas leyendas que contaban los más ancianos de Dawson. Algunos llamaban a este lugar las “Cuevas de oro”, aunque otros la “Muerte de oro”. Siempre que paraba en la taberna, oía a algún borracho entrado en años contando la historia de otro corazón valiente que había muerto tratando de encontrar el corazón de oro de Klondike.
Comentarios
Publicar un comentario
Deja tu comentario